Crítica de Cine


Gattaca: Algunos conceptos para el aporte a la reflexión sobre el avance de la genética y el conflicto social a partir de lo propuesto en el filme


 Por Luana Esquenazi


“Los óvulos que te extrajimos Marine, fueron fertilizados con el esperma de Antonio. Después de revisarlos llegamos a dos embriones. Dos saludables niñas y dos muy saludables niños. Naturalmente sin predisposición a ninguna enfermedad grave de condición hereditaria. Lo que resta es elegir al candidato más compatible.”(11:12)
Niccol, Andrew. Gattaca (DVD). Estados Unidos, JERSEY/COMLUMBIA FILMS, 1997.


El filme Gattaca de Andrew Niccol (1997)[1] plantea un mundo futuro caracterizado por un gran desarrollo científico-tecnológico, dado por la Biología, y muy especialmente por la genética. En el mundo de Gattaca, la mayor parte de la población es concebida en el laboratorio: hijos de la probeta y la fertilización asistida. Y allí no termina el tema porque los embriones son manipulados y seleccionados acorde a su nivel de perfección cromosómica, para así elegir los mejores especímenes. 

“Keep in mind this child is still you, simply the best of you. You could conceive naturally a thousand times and never get such results. You want to give your child the best posible start. Believe me, we have enough imperfection built in already. The child doesn’t need any adiotional burgance”.[2] (12:12)

Todavía sería el producto de ustedes, pero de lo mejor de ustedes. Podrían concebir naturalmente un millón de veces y no obtener tales resultados. Quieren darle a su hijo las mejores posibilidades, es un mundo demasiado difícil allá fuera.”(12:12)




Las palabras arriba citadas constituyen la respuesta del médico genetista a la pareja de padres que expresa su voluntad de “dejar algunas cosas libradas al azar” en cuánto a la confección genética de su hijo. El médico es contundente (y ocupa un rol normalizador); colándose a través de sus palabras la principal consecuencia de un mundo regido por la perfección biológica: la segregación entre perfectos e imperfectos. Los mejores especímenes ocuparán puestos de relevancia en la sociedad, la economía y la cultura[3], y los demás ocupan el lugar de ciudadanos de segunda, de mano de obra barata, de sirvientes de ese mundo perfecto y ordenado. Un mundo soñado de progreso futuro, pulcro, que ha terminado con la contaminación ambiental, y posee la tecnología suficiente para que sea moneda corriente viajar al espacio - el protagonista, al comienzo del filme, está por embarcarse en una misión de un año a Titán, la decimocuarta luna de Saturno. Pareciera por otro lado que como contrapartida, lo mismo que constituiría - desde una mirada positivista - su mayor triunfo, es la base de su fracaso. La diferenciación genética implica diferencias más parecidas a las planteadas por los sistemas estamentales o de castas (categorías culturales y sociales planteadas jerárquicamente de las que es prácticamente imposible salir, es decir, de total  inmovilidad social) que a la frontera demarcatoria de la clase social, siempre móvil, según el caso en mayor o menor medida; en parte porque la cultura del capitalismo ama las historias triunfalistas y en parte, y ya desde otro punto de vista, por la idea de la lucha de clases. En Gattaca quiénes nacen “hijos de la naturaleza” no pueden exceder ese límite, y quienes en ello incurren son como relata el personaje principal del filme, Vincent “… un sector relativamente nuevo y particularmente odiado sector de la sociedad que se niega a aceptar lo que le tocó...”.(33:29) Se le llama de-genered o de-generado, en un claro juego de palabras, a aquéllos que se hacen pasar por miembros de los altos círculos de la sociedad, tomando identidades prestadas, como sucede con el protagonista de Gattaca. Luego de las primeras escenas destinadas a la presentación del escenario y sus problemáticas, la acción se inicia en el filme cuando Vincent, toma plena conciencia de no podrá acceder nunca a su sueño de una carrera como navegador espacial. Eso lo motiva a trocar su identidad con Jerome Morrow, destacado deportista ahora en silla de ruedas y miembro de élite. Así Vincent, que además de genéticamente imperfecto ha nacido con un problema cardíaco por el que se le augura una sobrevida de treinta años,  pasa a ocupar el rol de Jerome y aplica a la empresa espacial Gattaca bajo falsa  identidad, obteniendo el puesto de trabajo que lo llevará al espacio, mientras que se ocupa de mantener económicamente a Jerome en el nivel de vida al que está acostumbrado. De lo relatado podemos señalar una serie de características sumamente interesantes que plantea esta visión de futuro representada en el largometraje.

¿La forma natural?

En primer lugar, se observa que la voluntad técnica y de dominio que Husserl, Heidegger, Foucault y tantos otros han asociado a la ciencia y la técnica, pareciera llegar en el filme a su máxima expresión: la naturaleza toda es objeto de manipulación e intervención humana. ¿Difícil de pensar desde la óptica actual? No tanto. Hace aproximadamente veinte años (menos en Latinoamérica) que la medicina reproductiva cuenta con tecnología que  permite practicar el DGP (Diagnóstico Genético Preimplantatorio), que lo que hace es buscar un gen defectuoso que pueda producir una serie de enfermedades de antemano seleccionadas según cuáles tienen más incidencia en la población general (cromosomas 13, 14, 15, 16, 18, 21, 22, X e Y) y en ese caso el embrión no se transfiere al vientre de la madre. Claro está que esto no constituye una práctica generalizada como se muestra en Gattaca en el cuál se aclara en palabras de Vincent que esta forma científicamente mediada de concebir un hijo se ha vuelto la forma natural[4] de concebir hijo; pero igual cabe destacar las últimas novedades de la genética, que podrían ampliar el horizonte de posibilidades. Veamos.
El 18 de 2013, los noticieros repitieron hasta el agotamiento que había nacido el primer niño perfecto, en Philadelphia, Estados Unidos[5]. Sus padres, después de mucho intentar recurrieron a la fertilización asistida, para luego enterarse de que el problema estaba en los embriones. La noticia recorrió el mundo porque constituyó la primera vez que se realizó un análisis cromosómico y genético completo de todos embriones, para luego elegir al embrión que tenía la cantidad de cromosomas correctos - motivo de la dificultad de embarazarse de la madre, dado que los embriones con composiciones genéticas defectuosas tienden a descartarse solas por el propio organismo. El análisis llevado a cabo sobre los embriones fue de secuenciación completa de la totalidad de las cadenas genéticas: algo que antes era impensado ahora puede hacerse de una forma relativamente rápida[6]. Esta capacidad de lectura de las cadenas genéticas en su totalidad provocó entusiasmo en el mundo de la genética porque abre la posibilidad  de, en un futuro cercano, además de ver si el niño va a heredar una enfermedad concreta de los padres, saber qué riesgos pueda tener de desarrollar otro tipo de enfermedades como el Alzheimer o el cáncer. Esto último es exactamente lo planteado en el mundo de Gattaca: los padres acuden al genetista local, quién con sus respectivos óvulos y esperma, cultiva múltiples embriones en su laboratorio los cuáles analiza, eligiendo los especímenes más aptos. Pero hay algo más: además de la selección, pareciera entenderse en el filme que habría un segundo procedimiento que se lleva a cabo que es la manipulación del embrión para obtener un determinado diseño de perfil genético específico:

“… I took the liberty to erradicate any potentially prejudicial condition (…) You could conceive naturally a thousand times and never get such results.” (12:08)

““… me tomé la libertad de erradicar cualquier condición potencialmente  perjudicial  (…) Podrían concebir naturalmente un millón de veces y no obtener tales resultados.” (12:08)

Esto último, aseguran los genetistas, aún está muy lejos de nuestras posibilidades técnicas, y por ende con la secuenciación genética completa a lo que se puede aspirar es a seleccionar el mejor embrión posible de los que naturalmente una pareja pudo “producir”. De todos modos está claro que estas posibilidades futuras ya se perciben, se palpitan, dado que la ciencia actual está poniendo gran esfuerzo en desarrollar técnicas y conocimientos para esta disciplina. Algunos debates que el nacimiento del primer niño perfecto abrió en estos meses fue la consideración ética de qué hacer con los embriones descartados y cómo se los piensa: ¿Se los tira? ¿Se los congela? ¿Constituyen éstos seres vivos? ¿Se daña algún protocolo, alguna ley descartándolos? Los límites por ahora parecen grises y el debate está en pleno esplendor, pero la Corte Interamericana de Derechos Humanos ya se expidió en 2012 asegurando que los embriones no implantados “no son personas”. Desde la comunidad científica de los Estados Unidos y Europa hubo una tendencia a destacar el mérito del nacimiento de Connor, como lo llamaron sus padres; pero también se alertó acerca de la posibilidad de elegir embriones porque sí, sin legítimas razones de salud que justifiquen estos procedimientos. Algo como lo que sucede en la película, en la que los padres “ordenan” para sus hijos ojos azules, nada de calvicie y visión perfecta. Es interesante la forma de expresarse del médico, cargada de gran omnipotencia y de un sentimiento de control absoluto y superioridad por sobre el mundo natural.





Una sociedad científica

Es significativo como se plantea que lo natural es lo impropio, lo diferente, lo que tiene menos jerarquía. Esto choca con la visión clásica positivista – tomada del pensamiento griego - por la cuál el científico debía decodificar o leer la naturaleza. Bajo esta concepción, se afirmaba la primacía de lo pragmático-experiencial y físico por sobre todas las cosas, la naturaleza era el código a descifrar y la ley máxima. Las visiones críticas, que denunciaron la inadecuación de esta representación idealizada de la ciencia y del científico, denunciaron que en el fondo la ciencia porta una verdadera voluntad de dominio y manipulación sobre la naturaleza, que es lo retratado en el mundo de Gattaca.
El paso del tiempo va arrojando hasta qué punto el hombre ha tenido un afán no sólo de dominio sino también destructivo sobre el mundo natural, como si fuera que en esa destrucción, su poderío se haría más grandilocuente. Y en este sentido en Gattaca se muestra al ser humano con un gran dominio del mundo natural, pero también de sí mismo y de otros. La sociedad cientificista[7] que se postula en el largometraje es fuertemente dogmática y normativa, y el conocimiento científico es parte fundamental de ese control. El control pareciera ejercerlo primeramente el Estado que controla permanentemente la identidad de las personas en la vía pública, representado en las figuras de los detectives. Sin embargo, el control ejercido por Gattaca, la empresa espacial – sector privado de la economía – es mucho mayor, puesto que se busca la excelencia de su personal. Constantes test de drogas, de rendimiento físico e intelectual y de la identidad que se deriva siempre de un test sanguíneo o alguna otra forma que permita descular la composición genética del individuo: hisopado, huellas dactilares, cabello, etc. Y la ciencia aplicada ha contribuido a este control creando las herramientas técnicas o mejor dicho, los dispositivos de control.  También existe el control entre las propias personas, esto se evidencia cuando Irene manda a examinar un cabello de Vincent, se muestra como va a un laboratorio al que todos consultan para saber el perfil genético de sus intereses románticos.
Es interesante observar también cómo en el mundo de Gattaca hay una obsesión por estar definiendo constantemente la identidad, y ésta aparece asociada directamente a la idea de genética. Es decir que lo que en última instancia define al individuo es en este mundo, su perfil genético, esa es  la información preciada que se juega y se demanda todo el tiempo en la película. Esto se evidencia en el momento que Vincent va a su entrevista laboral y luego del examen médico que consiste en analizar su sangre Vincent pregunta a su interlocutor:“¿Y la entrevista?” A lo que le responden: “Esa fue la entrevista.” (34:08)


¿Cuándo fue la última vez que alguien miró una fotografía?[8]
El tema de la identidad


Como recién decíamos, en el filme la vida humana está bajo control científico desde antes que la vida sea vida, siendo la concepción ya no un momento único, íntimo y animal. Y agregamos: la concepción no sólo es un ejercicio de laboratorio deshumanizado sino que está fuertemente atravesado por las expectativas sociales de éxito y triunfo social.
La escena en que el genetista emite esas poco célebres palabras citadas más arriba, reflejan la impotencia de los padres progenitores, que no sólo no conciben a sus hijos por sus propios medios sino que tienen que oír las opiniones del especialista acerca de qué es lo mejor para su futuro hijo. En esta escena, el doctor en genética agrega: “… me tomé la libertad de erradicar cualquier condición potencialmente  perjudicial: alopecia, miopía, alcoholismo, susceptibilidad adictiva, tendencia a la violencia, obesidad…”, todos aspectos entendidos como símbolos de la limitación humana. (12:08). Está claro que hay detrás de todo este panorama presentado, muy fuertemente una idea de éxito, triunfo y progreso sumamente positivista.  Como decíamos antes, hombre domina a la naturaleza humana y biológica, y también ha conquistado el espacio exterior (lejano); ha extendido su dominium. Lo que debemos aquí destacar asimismo es que la idea de éxito va aparejada a la idea de control absoluto de todos los posibles aspectos de la vida (y hasta de lo que existe antes de la vida tal y como la conocemos).
Pareciera que éxito, control e identidad son una tríada que va junta. Puesto que en este afán de dominio, como referimos antes, hay una obsesión por definir la identidad constantemente, por controlarla. El control genético es sinónimo de éxito y orden social. La identidad aquí, ya no sería lo que entendemos hoy – como algo emotivo, subjetivo e intrínseco del individuo - sino que está entendida como identidad genética. En este mundo la identidad también estaría en algo interno, pero toma su forma más positivista y reduccionista posible, y escapa a lo subjetivo para ser algo material concreto: la identidad está en las células.
Y dado que lo que importa y define al individuo es este aspecto microscópico, del que éste no ha elegido nada ni puede controlar o modificar nada, llegamos al concepto de raza, como el más indicado para pensar esta sociedad. Los genéticamente favorecidos ostentarían una superioridad biológica y éste en algún punto se plantea también como de un estado de “naturaleza”, basado en la primacía del más fuerte o del más apto[9].  Hablamos de raza porque las cualidades que definen la inserción de los ciudadanos en este mundo no depende de su esfuerzo ni de su voluntad o personalidad, sino de su aptitud y perfección genética, algo que no depende de él.
Este claramente es, y aparece así encarnizado por el protagonista del filme, Vincent, un mundo indeseable y extremista[10], de un modo alarmante, en el que quiénes no son favorecidos se hallan condenados a la infelicidad. Y aquí es cuando volvemos los pasos sobre Varsavsky y es pertinente preguntarnos: ¿Este desarrollo del saber científico, tan ponderado, ha llevado a un mundo más justo, más igualitario, ha ayudado a erradicar los grandes problemas de la sociedad? La respuesta es contundentemente negativa.  El filme deja en claro que el mero desarrollo en extensión[11] de las líneas propuestas por el paradigma positivista racional occidental moderno no llevarían a buen puerto. Como plantea Varsavsky, no es cuestión de acrecentar el saber científico por acumulación y cuantificación (o perfección de las líneas ya propuestas); sino de articular la ciencia en torno a un criterio de importancia, que estipule qué conocimientos son valiosos. La ciencia no tiene una única forma de ser, sino que puede y debe ser reformulada - revolucionada- para constituir el saber que aporte a constituir un mundo creativo y cualitativamente valioso; un mundo deseable. Como plantea el autor, de no verse revolucionado el saber, difícilmente sea susceptible de modificación cualquier otro aspecto de la vida. 


Élite genética vs. plebe natural y conclusiones


El extremismo al que hacemos alusión más arriba aparece representado en puntos muy concretos como cuando se muestra que la entrevista laboral constituye un mero examen de ADN del postulante, o cuando se evidencia todo lo que el protagonista está dispuesto a hacer por acceder al mundo de Gattaca, como operar sus piernas para convertirse en unos centímetros más alto. Lo que está en juego allí para el protagonista es la salvación y por ello está dispuesto a todo. El extremismo se evidencia en la radicalizada diferencia de posiciones entre los naturales y los avanzados genéticamente: los primeros limpian baños y pisos, tienen inestabilidad laboral y no se espera de ellos que posean aspiraciones[12]. Los segundos viven en un mundo ampuloso, perfecto, son los elegidos. Esta segregación y discriminación de ciertos sectores de la sociedad es alarmante y hace recordar a los peores momentos del siglo XX. Es significativo que en el filme esta marginación de un sector por sobre el otro, no implique ninguna forma de violencia y resentimiento social. En este sentido no pareciera tan realista la trama del filme. Contrario a lo que se pudiera esperar, quiénes más desfavorecidos se hallan han incorporado bien la norma y no pretenden moverse un ápice de su lugar, se trata de una sociedad normalizada a través de la ciencia. Porque es además el saber científico el que da un sustento teórico y técnico a esta segregación social legitimando dichas prácticas, no siendo posible aquí ya más argüir acerca de la separación de contextos, o de los dos ámbitos de la historia, o justificarse en la división ciencia pura-ciencia aplicada.

En el filme el desarrollo de la ciencia positiva, no sólo no es ingenua a objetivos de dudosa ética sino que además define una clara y fuerte dicotomía social. Por un lado una élite-genéticamente seleccionada (como el mismo término lo indica, quiénes son objeto de la selección genética para ser concebidos, también serán los seleccionados por la sociedad, los ejemplos vivientes de la tan anhelada búsqueda fructuosa de la perfección biológica) y los portadores de una marca social positiva diferenciadora y diferenciante, algo así como un estigma invertido. Y por otro lado una plebe-natural-inferior y estigmatizada, dando como resultado una sociedad particionada, con dos realidades paralelas.
En palabras de Vincent:

“I belonged to a new underclass, no longer determined by social status or the colour of your skin. No, we now had discrimination down to a science.”(19:00)

“Yo pertenecía a una nueva clase baja, ya no más determinada por el estatus social o por el color de la piel. No, ahora tenemos la discriminación reducida a una ciencia.” (19:00)

En esta frase el personaje principal hace uso de la ironía, puesto que al traducir down to a science, puede esto significar que la discriminación se volvió ciencia es decir que se habría vuelto técnica, profesional, sistemática. O bien lo opuesto, dado que la proposición “a” no se escucha demasiado nítidamente, entonces podría querer decir down to science, en cuyo caso significaría que la discriminación se superpone con la ciencia, puesto que ésta última se ha vuelto discriminatoria. En cualquier caso, lo que se plantea es el rol de la ciencia en esta segregación y jerarquización de la sociedad.
Como toda distopía, el filme toma elementos de la realidad actual para mostrarlos agudizados en un futuro lejano, para advertir de los peligros que pueden representar las acciones o lineamientos que estamos eligiendo en el presente. Lo cierto es que sin embargo, y salvando las exageraciones propias tendientes a hacer la historia más atractiva dramáticamente, este porvenir ya se asoma a la vuelta de la esquina – lo hemos mencionado más arriba- y no resulta tan imposible pensar en que de aquí a un tiempo, masivamente la población acuda a la secuenciación completa de cadenas de ADN para elegir o asegurar el futuro de sus descendientes. La tendencia a la inserción de la ciencia en cada vez mayores ámbitos de la vida antes personal y privada como la reproducción y la sexualidad indica que ésta es una tendencia que pisa fuerte.  El futuro, pareciera, llegó hace rato.






[1] Niccol, Andrew. Gattaca (DVD). Estados Unidos, JERSEY/COMLUMBIA FILMS, 1997. De ahora en más, cito parlamentos y pasajes de este filme, referiré entre comillas minutos exactos de aparición.
[2]Todavía sería el producto de ustedes, pero de lo mejor de ustedes. Podrían concebir naturalmente un millón de veces y no obtener tales resultados. Quieren darle a su hijo las mejores posibilidades, es un mundo demasiado difícil allá fuera.”
[3] Esto se evidencia en la escena en que  Vincent e Irene van a ver el concierto de piano. Ambos quedan maravillados y a la salida Irene le dice que ese pianista es de los mejores, y le señala la cartelera donde se observa que el concertista posee seis dedos en vez de cinco en cada mano. A esto Vincent comenta acerca de la “forma de tocar”, de la pasión en ello involucrada, a lo cuál Irene responde: “Esa pieza sólo puede ser tocada con seis dedos”. Marcada la diferencia biológica se marcan asimismo las posibilidades que el sujeto tendrá a lo largo de su vida.
[4] La forma no científicamente mediada es vista como algo arcaico, primitivo y lleva una carga de rechazo social.
[6] Por ahora la tecnología involucrada hace que sea muy costoso este examen y que sólo se realice en algunos laboratorios del mundo, por lo cuál estamos lejos de que esta práctica sea moneda corriente, aún se están dando los primeros pasos. Pero lo que es de destacar aquí es que actualmente existe una tecnología que, más rápida o más lenta puede leer y decodificar todo el genoma humano en forma completa, cosa que antes no existía. Como se menciona en varios de los artículos periodísticos, los científicos afirman que es cuestión de tiempo que este test se haga más veloz, se practique en más lugares y por ende sea más barato y llegue a un nivel masivo.
[7] O tal vez sea más indicado hablar de un estado científico o estado cientificista, guiado por los principios rectores de la ciencia. Esto no resulta algo tan difícil de pensar a futuro. Así como existen los estados militares o religiosos, Gattaca podría constituir un estado científico.  Aquí se evidencia la dimensión de análisis planteada por Echeverría en Filosofía de la Ciencia, haciendo permanente hincapié en la profunda relación entre sociedad y ciencia. Dice el autor: “… siempre hay una sanción o juicio social sobre la actividad científica…”. En Echerverría, J. Filosofía de la ciencia, Barcelona, Aikal, 1995, Cap. II. En el caso de Gattaca estamos frente a una sociedad que a tomado los lineamientos científicos y que los ha valorado como profundamente positivos, y ha tomado esos valores de un modo tal que constituyen parte de su vida. El filme plantea claramente una sociedad científica, una sociedad totalmente atravesada por este discurso.
[8] Cuando Vincent se está preparando para incursionar en Gattaca bajo la identidad de Jerome observa una foto de éste recalca la falta de parecido físico que tienen y imposibilidad de hacerse pasar por él. A lo que  le responde el agente que propicia el intercambio de identidades: “¿Cuándo fue la última vez que alguien miró una fotografía? Todo lo que interesa de vos está en la sangre.” (28:02). 
[9] En el filme se conjugan estos dos conceptos: aptitud y fuerza, encarnizados por el personaje del hermano de Vincent, con quién éste compite desde que son niños por ver quién llega más lejos nadando mar adentro.  Vez tras vez, es Anthony quién gana la competencia, asimismo como supera en altura a Vincent a pesar de que es dos años menor. Además no usa gafas, corre rapidísimo y se lo supone extremadamente inteligente. El médico genetista advierte a los padres que éste niño tendrá todo para una vida de éxito, y eso se espera de él, de igual forma que se espera de Vincent que se conforme con el rol que socialmente le ha tocado en suerte.
[10] Es extremista el planteo porque muestra una sociedad futura en la que se ha impuesto una rama de la ciencia como rectora de todos los aspectos de la vida. No se señalan en igual medida o siendo ponderadas de igual forma para la organización social ni a la física, ni a la matemática ni a la astrofísica. Este extremismo tiene que ver con que se trata de una distopía, pero por otro lado este extremismo está dado por la forma en que se ha implementado en la sociedad, en una total relación de las esferas sociedad y ciencia, los designios de la genética. Este planteo radicalizado en base a la genética tiene intensidad similar a la forma en que el Positivismo Lógico exhorta a erradicar todo lenguaje que no pueda remitirse al mundo físico-material, debiendo abandonarse términos como amor, felicidad y sentimiento.
[11] Varsavsky, O. Ciencia, política, cientificismo, 1969, Cap. II y III, Bs. As., Centro Editor de América Latina.
[12] Un ejemplo de esto es cuando al comienzo del filme el protagonista, que trabaja en la limpieza de Gattaca junto con otros naturales es apercibido por su jefe el cuál le dice: “Cuando limpies el vidrio no lo limpies demasiado bien; podría darte ideas” (21:13). Esa corrección, señala el límite claramente impuesto de hasta dónde puede cada uno llegar.

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