Entrevistas

Entrevista colectiva a Miguel van Esso, Lucas van Esso, Ana Checchetto y Pablo Juárez luego de la proyección de Gran Chaco, en el marco del panel "La UBA sale de los claustros. La extensión y la vuelta a la comunidad. El arte como forma de instalar el debate colectivo".




Entrevista al director Alejandro Fernández Mouján, luego de la proyección del filme Damiana Kryggi, en el marco del panel "Cine, ética y el exotismo de la otredad".



Entrevista a Carolina Cappa, especialista en archivos audiovisuales, luego de la proyección del filme Damiana Kryggi, en el marco del panel "Cine, ética y el exotismo de la otredad".




Entrevista a Silvina Ramírez, luego de la proyección del filme El Etnógrafo, en el marco del panel "Cine, ética y la criminalización de la otredad".



 Entrevista a Jimena Solé, luego de la proyección del filme El Etnógrafo, en el marco del panel "Cine, ética y la criminalización de la otredad".





Entrevista a Carolina Cappa y María Domínguez, cineastas y especialistas en archivos audiovisuales. 
Con motivo de la proyección en 16mm del filme boliviano Yawar Mallku (Sangre de Cóndor) y el panel "Cine, ética y política. Sanjinés y el arte como denuncia social."




Entrevista a Taty y Fabiana Almeida, con motivo de la proyección del filme 99.99%. La ciencia de las abuelas y el panel  "Significado social y rol político de la práctica científica".




Julio de 2016

Entrevista al realizador del filme Gran Chaco, Lucas Van Esso 
Por Luana Esquenaz

Lucas van Esso

Formado en la carrera de Diseño de Imagen y Sonido en la Universidad de Buenos Aires, comenzó sus primeros trabajos en el Centro de Educación a Distancia de la Facultad de Agronomía (UBA), como asistente técnico para edición de material didáctico multimedia. Durante el año 2009, se desempeñó como programador y director de “Grito Cine”. Como Director de Fotografía Documental, realizó “Desde Abajo”, en 2011, ganador del primer premio Festival de Cine Internacional de La Plata. En 2012, dirigió el Cortometraje “Introducción a un Herbario”, mientras realizó tareas como Director de Fotografía en la Publicidad “Rethink”. Hacia fines del mismo año fue productor del cortometraje “El Hombre del Sombrero”. En 2013 fue director  de contenidos audiovisuales del portal educativo “Gran Chaco” de la Facultad de Agronomía, UBA. Para Julio del mismo año, comenzó el rodaje del largometraje Documental “Gran Chaco”, su opera prima.

¿Cómo surgió la idea de hacer Gran Chaco? ¿Estabas familiarizado con los conflictos que están teniendo lugar en la región con anterioridad a sumergirte en este proyecto?

La Idea de hacer la película surgió en un viaje que realice con un grupo de estudiantes de ciencias ambientales. Yo fui a registrar el viaje, que consistía en la capacitación que hicieron integrantes de las comunidades originarias a los estudiantes en el uso de GPS para delimitar tierras. Participando de esta actividad me entere de los conflictos que enfrentaban las comunidades originarias con los ordenamientos territoriales. El viaje me quedo muy corto, fueron pocos días. Sin embargo,  el impacto que tuvo en mi fue muy fuerte. Ahí decidí que toda esta problemática requería de un trabajo audiovisual mas profundo. Que habia sensaciones que necesitaba expresar de una manera un tanto mas artística que  solo el registro de testimonios. Que necesitaba hacer una película.

¿Cuánto te preocupan los conflictos ecológicos de la realidad actual?

Me preocupa la idea de que no haya vuelta atrás en ciertos aspectos. Y creo que hay que producir con conciencia, en todo sentido y a toda escala. Desde mi rubro, como director de cine intento enfocarme en generar conciencia y que mis realizaciones movilicen a los espectadores a tomar decisiones que ayuden a resolver los conflictos ecológicos y sociales que, creo yo, van de la mano.

¿Cuáles de todos los actores que aparecen en el filme dirías que son para vos los verdaderos protagonistas o las voces que más querías que se escucharan? ¿Y con quiénes te sentiste más identificado y por qué?

Creo que no hay solamente una campana en este tipo de conflictos. Cada actor que aparece en Gran Chaco tiene un motivo, nada esta gratuitamente en la película. Los conflictos que se presentan son tan delicados y complejos, que la única manera en la que se pueden resolver es generando interdiciplinas que recojan los conocimientos de cada voz, y coordinando un trabajo grupal y de respeto se puede avanzar de una manera mas armónica y efectiva. Creo que los protagonistas están claros en el film, y son los que desarrollan las acciones.


¿Cómo fue la colaboración con tu padre, Miguel van Esso, productor del filme? 

La colaboración fue excelente, me gusta mucho compartir proyectos.  Su participación fue indispensable por que genero los puentes entre las herramientas que teníamos, con las locaciones pertinentes y los actores correctos. Estar en el lugar adecuado fue un logro que no podría haberse realizado sin el.

Esta entrevista seguramente será leída por muchos estudiantes del CBC, en ese marco, me gustaría que me contaras cómo se articuló el programa de voluntariado de la UBA con la realización de la película. Siempre es interesante difundir todas las actividades que tienen lugar en la UBA y que los alumnos ingresantes se enteren de cómo la universidad colabora con la sociedad en general.

El programa de voluntariado permitió que trabajaran juntos alumnos de las carreras de Diseño de Imagen y Sonido (FADU) y de Agronomía y Ciencias Ambientales (FAUBA). Este trabajo conjunto permitió  a los alumnos de FAUBA aprender los conceptos básicos necesarios para organizar y programar el rodaje de una película documental y a los de (FADU) familiarizarse con los problemas agronómicos y ambientales relacionados al avance de la frontera agropecuaria en el Chaco Salteño.
El proceso generó sinergias y enriqueció la experiencia de cada integrante del proyecto

Para teorías como la surrealista y la teoría del montaje de Einsenstein el cine no sería ingenuo, sino que ocuparía un lugar francamente político: para el surrealismo éste tiene la capacidad de ponernos frente a lo incómodo y, de abandonar la cáscara de aparente racionalidad imperante para profundizar en las verdaderas complejidades humanas, “haciéndonos saltar de la silla”; mientras que para Sergei Einsenstein el montaje no es un simple modo de enlazar escenas sino que tiene el poder de manipular al espectador, exhibiendo el filme un carácter siempre ideológico imposible de ocultar. ¿Coincidís con la mirada no ingenua sobre el rol del cine en la sociedad? ¿Es todo filme político[1]?


Estas son preguntas complejas. Podríamos debatirlo durante años.  Estoy parcialmente de acuerdo con que todo film es político, y con la mirada no ingenua del rol del cine en la sociedad.  Ahora... estos son análisis poco profundos ante la innumerable cantidad de filmes que existen en la actualidad. Sergei Eisenstein o “los surrealistas” como Buñuel analizaban un cine diferente, emergente, con un numero de realizaciones realmente bajo. En 1920 era mas sencillo rotular el cine de una u otra manera y que sirviera a un propósito político determinado y manipulador, ya que junto a la radio y la prensa escrita, el cine constituía el único medio de comunicación “masiva”.  La cantidad de películas que llegaban a una pantalla era realmente insignificante a comparación de lo que sucede en 2016. Hoy en día las cosas son diferentes: el volumen de realizaciones cinematográficas mundiales por año lo deberían calcular estadistas.
 Es otro cine. Es otra sociedad. Son otros dispositivos. Esas teorías creo que quedan desactualizadas. Forman parte de las bases fundacionales del cine y están presentes siempre, pero se les escapan muchísimos matices que no existían cuando fueron formuladas. Me gustaría poder contarle a Eisenstein que hoy en día es posible que un niño de cinco años “opere”  una cámara Go Pro que pesa 200 gramos, durante una hora y media, filmando a 30 cuadros por segundo, en una resolución superior a 35mm y absolutamente sin cortes. Y que en Internet ese “largometraje”  puede llegar a ser visto por millones de personas y seguramente habrá entre  esas millones de personas, algunas miles que coincidan en que esa perspectiva del mundo entregada por un niño de cinco años carece de ingenuidad... Pero bueno, es todo una cuestión de interpretación me parece. ¿Quiero interpretar que el niño “eligió” poner la cámara en determinado momento, en determinado lugar, por un enunciado que quiere realizar a la hora de manipular al espectador?  Hoy podemos llegar a ese tipo de análisis, que a principios del siglo XX era inimaginable. Un niño de 5 años jamas hubiera podido operar una cámara de mas de 15 kilos, incluso el acceso a una cámara en esa época era totalmente limitado para la gran mayoría de adultos. Hoy seguramente mientras leas estas lineas, tenés en tu bolsillo un celular con cámara  y una aplicación de pos-produccion. Y si no la tenés, podes pedirla prestada a la persona que esta a tu lado, o mas próxima y empezar tu película.
Creo que hay posturas políticas en un gran numero de realizaciones cinematográficas y sin duda alguna, el montaje sigue siendo la principal manera de generar sensaciones y sentido en el espectador.
La “manipulación” del espectador creo que hoy en día pasa mas por la televisión y las redes sociales, que tienen un imput muchísimo mas constante en las personas.



Si sí lo es, ¿cómo se ubica Gran Chaco en este contexto?

 Gran Chaco no es ingenua en su concepción, que es desde donde puedo hablar. No puedo realizar un análisis como espectador, por que se lo que hay detrás de cada puesta de cámara, de cada ritmo y de cada palabra...  La reflexión  desde donde surge la película, justamente, es un intento de alejarse de la ingenuidad, del desconocimiento y del desinterés. Es una película que tiene como objetivo principal transmitir el conocimiento de una situación conflictiva e incómoda. El avance de los desmontes, con el impacto ecológico que conlleva y sobre todo las consecuencias que esto surte en las comunidades originarias.
Desde este lugar puedo ver a Gran Chaco como un filme con una carga ética enorme.  Lógicamente tiene un fuerte potencial político al servicio del espectador y de su interpretación. Porque nosotros la tuvimos que dejar de lado. En un equipo de cine hay corrientes políticas diversas. Concepciones del mundo diferentes. Pero cuando el cuerpo y la mente se entregan en un objetivo tan ambicioso como este documental, lo que tiene que pesar por sobre todas las cosas, creo,  es la ética y la honestidad personal. Honestidad con las transformaciones personales que conlleva atravesar ese camino, que en total fueron aproximadamente dos años del equipo completo que trabajo en la película y otros dos años para mi y para Miguel desde que concebimos la idea hasta que se vio plasmada .
Ahí se ubica  la película, intentando llevar al espectador durante 67 minutos en un camino de 4 años, y forzando en momentos mediante el montaje sensaciones que vivimos durante momentos del rodaje, y de la post-produccion. Con la convicción de que poner el foco en esta situación fue la mejor manera que tenia para hacer algo con respecto a lo que vivimos y conocimos. Esa fue la manera en la que decidí realizar la película y creo que se puede percibir.

Por último, sabemos que hay otra película en fases de preparación, ¿Podrías adelantarnos algo acerca del tema y el abordaje que esta tendrá?

La película en la que estoy trabajando actualmente, es un documental que narra las problemáticas que genera la falta de acceso al agua segura en el NOA Argentino, donde miles de personas carecen de este recurso básico para el desarrollo de una vida saludable. Su abordaje sera desde un estilo mixto entre la observacion  y tecnicas de animación, dandole mayor relevancia a los casos en los que los actores intentan superar esta situación como pueden, con las rudimentarias herramientas que tienen y sin ningún tipo de ayuda por parte de los entes municipales, provinciales y nacionales que deberían velar por el desarrollo de sus ciudadanos. Que nunca estuvieron presentes para resolver algo tan elemental. Y por las experiencias que vengo viviendo en los lugares de filmación, tampoco existen perspectivas de que esto vaya a cambiar en un futuro próximo.



[1]           Utilizamos político en un sentido amplio del término, entendiendo que siempre se juegan relaciones de poder en todos los ámbitos de la sociedad.



8 de Septiembre de 2015


 Entrevista al Ingeniero Agrónomo Miguel Van Esso
Por Luana Esquenazi


Miguel van Esso

Ingeniero Agrónomo con una maestría en producción vegetal por la Universidad de Buenos Aires. Fue profesor de las asignaturas Fisiología Vegetal y Ecología. Desde 2001, año de su creación, dirige el Centro de Educación a Distancia de la Facultad de Agronomía UBA que administra contenidos para más de 4000 alumnos por año. Desde 2011 es responsable de la producción de películas documentales de FAUBA. Es productor del documental Gran Chaco.


¿Cómo ves la relación entre desarrollo tecnológico y medio ambiente?

El ambiente, que es todo lo que nos rodea y nos permite vivir, se asocia con aspectos bióticos (las plantas, animales, microorganismos) y los abióticos (suelo, agua, aire, etc.). A grandes rasgos se podría decir que los desarrollos tecnológicos han servido para utilizar los factores del ambiente (bióticos y abióticos) a favor de sostener y mejorar la vida de esta especie tan “especial” que es el homo sapiens  (y obviamente sus antecesores, que también desarrollaron tecnologías que hoy son obvias (por ejemplo un cuchillo para cortar carne).
En la historia de la humanidad los desarrollos tecnológicos estuvieron direccionados a permitir  usufructuar cada ves más lo que el ambiente ofrece. Hasta allí no hay juicio de valor. Este sobrevine cuando se califica este desarrollo como “bueno”, “malo”, “útil”, “inútil”. Eso es un debate
En términos generales podemos adscribir a que la mayoría de los avances tecnológicos han producido algún beneficio (otro tema es para quién) y perjuicios (idem). Si analizamos que pasa actualmente entre la relación tecnología/ambiente, creo que hay un panorama muy claro: hasta hace no mucho (50 años atrás) el homo sapiens ha avanzado en “tomar” del ambiente y procesar materias primas, sin medir las consecuencias que esa acción (tecnológica y de manejo) tenía sobre el propio ambiente. Una metáfora que podría ser útil para ilustrar ese proceso sería: un conjunto de gente en una fiesta sirviéndose de la comida servida en las mesas (incluso peleándose por ella) sin preocuparse que ésta se pueda terminar, ni de quién y como limpiaría y ordenaría los desperdicios y “desordenes” de esa fiesta (manteles con manchas de vino y café, pisos con grasa de postres con crema derramados, etc). Si escalamos ese microambiente de la fiesta, a nivel global, hoy no hay otra alternativa que ocuparse de la finitud de los recursos, su repartición y el “enchastre” que significa su producción y consumo. En ésta época estamos viviendo: los desarrollos tecnológicos deben contemplar el escenario de ambiente frágil para que podamos seguir habitando el hogar global, en armonía. Y esto es un proceso lento: hay grupos de gente a los que no les conviene o no interesa adecuarse y por otro lado, hay enorme presión de la comunidad internacional, en general, para que esto suceda. La reunión de Paris en diciembre 2015 (http://www.cop21.gouv.fr/es) puede ser un punto de inflexión en este tema.

En el caso del Chaco argentino la tecnología parece confabular contra el ambiente natural de la región, ¿pero hay casos que indiquen lo contrario? 

El caso del Chaco Argentino conforma un escenario en el cual se aplica, en general, lo anteriormente descripto.
En particular hay dos episodios que no tienen un “final feliz” en la relación tecnología/ambiente. Uno en la primera mitad del siglo XX: la tala indiscriminada de los bosques de quebracho para la producción de durmientes y tanino. Otro: el avance de la frontera agropecuaria sobre el monte chaqueño en los últimos 15 años. En este caso, la actividad de una importante porción de la ciudadanía ha logrado frenar lo que podriamos denominar “tecnologías nocivas” (tala de bosques, cultivo de soja) para ese ambiente. Efectivamente se están promoviendo alternativas sustentables (cría de ganado en pastizales naturales, producción sustentable de leña y carbón, miel, artesanías, etc.). Es decir hay gran cantidad de casos en los cuales se está considerando adecuadamente el efecto de la tecnología sobre el ambiente.

Ubicados en este presente que transitamos como país y como región ¿qué tema/s agro-ecológicos pensás que debemos considerar desde una perspectiva ético-ambiental en nuestro país?

Creo que debería ser una política de estado el uso de los recursos naturales, la producción de alimentos, en forma que equilibre la renta, los beneficios sociales y el desarrollo del país. Es muy difícil generalizar, pero para señalar un punto de partida: tan solo debería lograrse el cumplimiento de las leyes que regulan la producción agropecuaria y el manejo de los recursos naturales. Muchas de esas leyes contemplan aspectos éticos. El camino a recorrer es largísimo, dado el nivel de incumplimiento. Si lo pudiéramos recorrer y llegar a un nivel aceptable habríamos avanzado mucho como sociedad.

Dado que te has formado como ingeniero agrónomo, y te has desempeñado durante muchos años como profesor en la FAUBA en las asignaturas Fisiología Vegetal y Ecología, ¿creés que las carreras técnicas de la Facultad de Agronomía plantean espacios para la reflexión crítica sobre la práctica profesional?

Si, los plantean y los alumnos que se forman en la facultad están al tanto de los dilemas que enfrenta el país en esos sentidos.

Oscar Varsavsky, científico y epistemólogo argentino, afirma que "...queda demostrado que una distinta asignación de los escasos recursos humanos de alta calidad intelectual que existen habría dado otro tipo de ciencia. Nuestra ciencia está moldeada por nuestro sistema social." ¿Estás de acuerdo con esta línea de análisis?

No conozco los trabajos que demuestran la afirmación de Varsavsky por lo cuál me es difícil responder a esa frase.

El mismo autor señala que la ciencia moderna ha desarrollado gran cantidad de aplicaciones (desarrollo en extensión) pero que no ha avanzado al mismo ritmo con el desarrollo de ideas nuevas y creativas (desarrollo en profundidad) y que en éste desarrollo en extensión no se han tenido en cuenta aspectos fundamentales como el cuidado del medio ambiente. ¿Adherís a esta postura? Y si así lo consideraras, ¿estamos a tiempo para reorientar el rumbo de la ciencia y la tecnología?

Creo que en parte esta pregunta esta respondida con lo que escribí en la primera. De todos modos no se debe generalizar, pero es cierto que en los últimos aprox. 50 años los desarrollos tecnológicos contemplan (o a veces deberían contemplar) la salud del ambiente y por ende de la biota que lo habita. Si el rumbo no se reorienta por convicción a la corta deberá reorientarse por necesidad (ya estamos en eso).

Para finalizar, ¿considerás que toda innovación tecnológica (ya sea porque permite hacer las cosas más rápido y más eficientemente, o porque reduce costos) es buena? ¿En otras palabras, la innovación tecnológica implica siempre “progreso”? En todo caso,  ¿cuál sería tu propia definición de progreso científico y técnologico?

Casi siempre una innovación tecnológica trae beneficios y genera nuevos problemas (que deben ser atendidos). Un error frecuente es considerar que la innovación solo trae beneficios. En esos casos los problemas se hacen presentes en forma dramática y las soluciones a ellos demoran en llegar. Es un círculo vicioso que se ha repetido innumerable cantidad de veces.
Entiendo como progreso científico tecnológico aquellas acciones que producen mejoras en la calidad de vida de toda la comunidad.


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